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6 noviembre 2023
Autor: DAE Formación
Duración aproximada de lectura: 4 min

Técnicas básicas de enfermería: guía Las técnicas básicas de Enfermería son aquellos procedimientos sanitarios y asistenciales de Enfermería que se realizan a los pacientes. Estos procedimientos son muy amplios y van desde los primeros auxilios hasta la movilización y traslado de los pacientes.

Fundamentos de la Enfermería

Los fundamentos de la Enfermería forman la base y el pensamiento enfermero para actuar desde una perspectiva propia. Proporcionan los conocimientos, la metodología, las habilidades y las técnicas de las diferentes áreas de conocimiento y su práctica. Es decir, por lo que debe guiarse, la información rigurosa y científica que le permita fundamentar sus acciones.

La Enfermería debe estar orientada sobre cómo y por qué realiza sus acciones, que facilitará el descubrimiento, racionalización y exposición de los hechos. De ahí la importancia de conocer los principios, normas y leyes que se encuentren involucrados con la disciplina.

Procedimientos de Cuidado Básico

Los cuidados de Enfermería son las atenciones y cuidados que recibe una persona cuando está hospitalizado y tienen como finalidad el cuidado de las necesidades básicas del paciente. Los principales cuidados de enfermería incluyen:

  • Higiene y aseo del paciente.
  • Movilización: traslado y deambulación de pacientes: además de la mecánica corporal, es importante dominar las técnicas de movilización, de traslados de los pacientes.
  • Anatomía, fisiología y patología.
  • Alimentación y nutrición: en enfermería son importantes las técnicas de alimentación del paciente, ya que en ocasiones es necesario hacerlo por sonda (nutrición enteral o parenteral).
  • Atención a ancianos, pacientes crónicos y a personas en fase terminal: protocolos y técnicas para atender a distintos tipos de pacientes. Las técnicas básicas de enfermería también incluyen el cuidado de recién nacidos.
  • Cuidados en el quirófano: cuidados preoperatorios, postoperatorios y en el servicio de cirugía.
  • Administración de fármacos: la administración de medicamentos por diferentes vías.
  • Primeros auxilios.

Técnicas de comunicación con el paciente

La Organización Mundial de la Salud sostiene que es fundamental mantener una comunicación eficaz, integrada y coordinada con el paciente. Por ello, los enfermeros deben conocer las técnicas de comunicación efectiva, una de las principales herramientas para que los profesionales de la salud establezcan confianza con el paciente y con su familia. Dado que las enfermeras tienen el contacto más directo con los pacientes, es fundamental que la comunicación enfermera-paciente, enfermera – familia sea eficaz.

Las técnicas más usadas son:

  • Utilizar el silencio.
  • Aceptar.
  • Dar reconocimiento.
  • Ofrecer tu tiempo.
  • Dar amplitud de miras.
  • Escuchar activamente.
  • Buscar aclaraciones.
  • Situar el acontecimiento en el tiempo o en la secuencia.
  • Hacer observaciones.
  • Fomentar las descripciones de la percepción.
  • Fomentar las comparaciones.
  • Resumir.
  • Reflexionar.
  • Centrarse en.
  • Confrontar.
  • Expresar la duda.
  • Ofrecer esperanza y humor.

Seguridad y prevención en la atención

El sistema de salud requiere que todos los responsables en brindar atención a la población se involucren con las acciones destinadas a mejorar la calidad del servicio en los diversos ámbitos. La enfermería a nivel internacional trabaja arduamente por mejorar la calidad de la formación, la asistencia, la investigación y la gestión de enfermería; para lograr así, la seguridad del paciente.

El enfermero es el profesional sanitario clave en la seguridad del paciente. Es quien vela por que ese paciente se recupere de la mejor forma posible y en el menor tiempo posible. Es el encargado de cuidar en todo momento de los pacientes y de que se minimice al máximo cualquier complicación que pudiera aparecer durante la fase de recuperación o en la consecución del tratamiento.

No obstante, y a pesar de que el enfermero juega un papel clave en la seguridad clínica del paciente y se entiende que este ejerce la máxima calidad en sus cuidados, la OMS advierte de que los eventos adversos (EA) “son probablemente una de las diez causas principales de muerte y de discapacidad en el mundo”.

El papel del enfermero en el campo de la seguridad del paciente radica en “prevenir y reducir los riesgos, errores y daños” que pueden sufrir los pacientes durante la prestación de la asistencia sanitaria. Para ello, una piedra angular de la disciplina es la mejora continua basada en el aprendizaje a partir de los errores y eventos adversos.

Herramientas y equipamiento básico

Para hablar de los productos que se usan en una disciplina tan amplia como la enfermería, debemos primero acotar ciertos aspectos de la misma. Cuando nos referimos al material que una enfermera utiliza desarrollando su disciplina, depende del lugar en el que se encuentre, ya que no es lo mismo la planta de un hospital que una clínica en la que existe una consulta.

Las herramientas básicas con las que debe contar un profesional se pueden identificar en varios subgrupos:

  • Instrumental para diagnóstico: termómetro, fonendoscopio, tensiómetro, pulsioxímetro… imprescindibles para realizar un primer diagnóstico básico a un paciente, midiendo las constantes vitales mínimas. Muchas clínicas cuentan con unidades de diagnóstico con múltiples parámetros que son capaces de realizar una medición rápida de las constantes de un paciente con una sola máquina. Se llaman monitores multiparamétricos.
  • Material desechable: algodón, vendajes, apósitos adhesivos, esparadrapo, guantes, gasas, papel camilla, jeringas, agujas hipodérmicas… una gran variedad de productos necesarios para acometer las curas más básicas. Las heridas se pueden presentar en multitud de formatos, principalmente las externas. Vendas, gasas o algodón serán nuestra principal arma al realizar curas. Pero también las jeringas o agujas cuando hay que realizar irrigaciones o inocular algún medicamento. En el botiquín de casa, principalmente, recomendamos los apósitos tipo tiritas, algodón siempre socorrido y esparadrapo para fijar mejor los apósitos.
  • Productos desinfectantes: agua oxigenada, alcohol de 96º o de 70º, clorhexidina… son los desinfectantes para piel más comunes que debe encontrarse en cualquier botiquín e imprescindibles tanto para el hogar como para cualquier unidad de enfermería. Nuestra recomendación es hacer una buena elección de dichos materiales, ya que, a priori, sirven para lo mismo, pero como todos los productos, cada uno puede ser más o menos recomendable según la herida o cura que debamos realizar. Por ejemplo, en heridas abiertas es recomendable el uso de povidona o agua oxigenada. Sin embargo, es mejor usar clorhexidina o alcohol para limpieza de piel si es que se quiere realizar alguna cura sin contactar con la herida en sí, ya que son más abrasivos.
  • Instrumental inox: tijeras, pinzas o bisturís pueden ser un complemento perfecto para cualquier botiquín. Existen multitud de opciones dentro de tijeras y pinzas, las más comunes, tijeras de cirugía y pinzas de disección, con las que obtenemos una polivalencia de uso enorme. A nivel hospitalario, la cuestión cambia, ya que los profesionales de la salud requieren instrumental específico para distintas opciones.
  • Materiales especiales: sedas para suturar, campos quirúrgicos, puntos de aproximación… dependiendo de la función específica de la unidad de enfermería, quizás sea necesario contar con sets de sutura para heridas o puntos de aproximación (suturas adhesivas que se usan para cerrar heridas también).

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