19 mayo 2021
Autor: DAE Formación
Duración aproximada de lectura: 5 min

La protección de los trabajadores frente a los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos es un imperativo para garantizar la seguridad y la salud de los mismos.
El agente biológico por inoculación puede definirse como “toda inoculación o contacto accidental de piel o mucosas con sangre, tejidos u otros fluidos corporales potencialmente contaminados por agentes biológicos que el trabajador que desempeña su tarea en la actividad de asistencia sanitaria sufra con ocasión o por consecuencia de su trabajo” (Servicio Andaluz de Salud y Consejería de Sanidad de la Junta de Andalucía).

Tipos de exposición

Las exposiciones a agentes biológicos pueden dividirse fundamentalmente en dos tipos:

  • Ocupacional o exposición del personal sanitario por vía percutánea o a través de mucosa a sangre, tejidos u otros fluidos corporales potencialmente infectados.
  • No ocupacional o exposición accidental de riesgo fuera del ambiente sanitario.

Factores de riesgo ante una seroconversión

Existen una serie de factores que pueden determinar las posibilidades de seroconversión (Loscos López et al, 2002):

  • Dependientes del accidente o lesión.
  • Dependientes de la fuente de infección.
  • Dependientes del caso índice.

Los factores que aumentan el riesgo de transmisión laboral de la infección son:

  • Dependientes del accidente o lesión:
    • Tipo de exposición: inoculación, arañazo, corte, salpicadura, etc.
    • Intervalo entre el uso del instrumento y la exposición accidental.
    • La profundidad de la lesión en la fuente de exposición.
    • La presencia de sangre visible en el instrumento que produjo la lesión.
  • Dependientes de la fuente de infección:
    • La lesión con un dispositivo que previamente ha estado situado en el interior de una vena o arteria de un paciente con infección del VIH.
    • La enfermedad terminal en el paciente con VIH que actúa de foco (paciente VIH en fase avanzada de la enfermedad) con alta concentración de virus en sangre.
  • Dependientes del caso índice:
    • Susceptibilidad del sujeto expuesto.
    • Programa de vacunaciones.
    • Seguimiento de las Precauciones Universales o estándar.
    • Seguimiento del protocolo postexposición existente en el centro.
    • La falta de tratamiento antirretroviral después de la exposición en el profesional sanitario.

Actuaciones preexposición

La prevención primaria o prevención preexposición continúa siendo el método más efectivo para prevenir las posibles infecciones tras accidentes biológicos. Por ello hay que tener siempre muy presentes las siguientes recomendaciones:

  • Usar guantes para extracciones de sangre y cualquier contacto con sangre, líquidos corporales, mucosas o piel no intacta de pacientes, para utilizar utensilios manchados con sangre o líquidos corporales (punciones, catéteres, etc.).
  • Cambiar de guantes tras cada paciente, usar batas, mascarillas y gafas protectoras si pueden existir salpicaduras de sangre o líquidos corporales.
  • Lavarse las manos tras retirar los guantes o si estos tienen contacto con sangre o líquidos corporales. Es muy aconsejable usar una solución hidroalcohólica.
  • Nunca reencapsular las agujas y/o separarlas de las jeringas.
  • Introducir los objetos cortantes y/o punzantes en contenedores resistentes.
  • No dejar los objetos cortantes y/o punzantes fuera del contenedor.
  • No circular con los objetos cortantes y/o punzantes en la mano desprotegidos.
  • No llenar en exceso los contenedores de desecho del material cortante y/o punzante (llenar hasta 2/3 de su capacidad).
  • No manipular los contenedores de desecho del material cortante y/o punzante.
  • Usar siempre materiales con dispositivos de seguridad.
  • Programa personal de vacunaciones (adecuar a los programas de vacunación de adultos, sanitarios y situaciones específicas).
  • En caso de punción accidental, seguir el protocolo existente en cada centro.

Actuaciones postexposición

En el caso de que se produzcan exposiciones es crucial comunicarlo inmediatamente al servicio responsable para que actúe inicialmente, adoptando las medidas oportunas, que irán encaminadas a:

  • Valoración inicial.
  • Manejo de la exposición.
  • Consejos a seguir por la persona afecta.

La valoración inicial

Se basa en la realización de una historia clínica exhaustiva, llevando a cabo todas las pruebas analíticas necesarias para determinar el alcance de la exposición.
Hay que averiguar:

  • Si es ocupacional o no.
  • Fecha y hora exacta de la exposición si es posible.
  • Tiempo de latencia desde la exposición hasta la demanda de atención sanitaria.
  • Tipo de exposición, vía de exposición y tipo de fluido.
  • Origen del accidente: con aguja, contacto con sangre, secreciones, líquidos orgánicos, etc.
  • Estado de la piel y tipo de lesiones observadas.

Con respecto a la exposición es necesario saber si es desconocida o no y el estado inmunológico de la fuente respecto a VIH, VHB y VHC siempre que sea posible.
Sobre la persona afectada se averiguará la situación inmunológica respecto a si es portador del VIH (tratamientos previos antirretrovirales, carga viral, número de CD4), VHB, VHC, estado de vacunación frente al tétanos, hepatitis B y nivel de respuesta de Ac si es conocido tras la vacunación, así como los antecedentes personales para efectuar una valoración de conductas de riesgo en la persona expuesta.
Para conocer los datos de ambas partes, se llevarán a cabo las siguientes pruebas:

  • Determinaciones analíticas pertinentes.
  • Determinación urgente de serología microbiológica de VIH, VHB, HBsAg y VHC.
  • Hemograma y bioquímica básica incluyendo las pruebas de función hepática (AST -enzima aspartato aminotransferasa-, ALG -anticuerpo antilinfocitario policlonal-, GGT -encima gamma glutamil-transpeptidasa-, etc.).

Manejo de la exposición

Cuando se ha producido la exposición, el tratamiento de la puerta de entrada o de la zona de exposición será, en líneas generales, el siguiente, en función del tipo de accidente que haya sido:

  • Accidente percutáneo (pinchazos, cortes, erosiones, etc.):
    • Eliminar los cuerpos extraños si los hubiera o retirar el objeto que ha producido el accidente.
    • No está demostrada la efectividad de favorecer el sangrado activo de la lesión.
    • Limpiar y lavar la zona afecta con abundante agua y jabón (arrastre).
    • Aplicar un antiséptico local.
    • Cubrir la zona con un apósito impermeable.
    • Notificar el accidente.
  • Salpicadura sobre la piel
    • Lavar con abundante agua y jabón (arrastre).
    • Aplicar un antiséptico si la piel pierde solución de continuidad (piel no intacta).
    • Notificar el accidente.
  • Salpicadura sobre las mucosas
    • Lavar con abundante agua y/o suero fisiológico (arrastre).
    • Notificar el accidente.

Una vez ocurrido el accidente, habrá que determinar la necesidad o no de administrar profilaxis postexposición a VIH y VHB. En exposiciones por vía parenteral se administrará la vacuna antitetánica y antidiftérica si no está vacunado correctamente.
Referente a los antirretrovirales, habrá que tener muy presente:

  • El consejo y la decisión de tratamiento antirretroviral explicando los efectos secundarios.
  • Obtener el consentimiento informado.
  • La decisión de toma de tratamiento ha de ser conjunta entre el facultativo y el paciente.
  • Deberá iniciarse dentro de las primeras 24 horas y preferentemente en las dos primeras horas tras la exposición. La profilaxis se administrará durante cuatro semanas.

Consejos a seguir por la persona afecta

Será necesario un periodo de seguimiento teniendo en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Si la fuente de infección es positiva a cualquiera de los tres virus (VIH, VHC y VHB), debe tener periodicidad de controles analíticos. Tras el primer control, se tiene que continuar a las seis semanas, a los tres meses, a los seis meses y al año. En personas correctamente inmunizadas frente a hepatitis B este seguimiento no es estrictamente necesario.
  • Si los resultados anuales continúan satisfactorios, se cierra el seguimiento.
  • Durante el periodo de seguimiento, tener abstinencia sexual o usar preservativos para prevenir la transmisión sexual y evitar el embarazo.
  • Evitar donar sangre, semen, órganos, tejidos y plasma.
  • Si es una mujer en periodo de lactancia, considerar la interrupción dado el riesgo de transmisión.

La persona que sufre una exposición accidental tiene una sensación de impotencia, inquietud y miedo ante la posible seroconversión. Por ello, se debe proporcionar información de lo que puede ocurrir, basada en datos científicos para disminuir el miedo., la cual debe ser veraz, clara y con rigor científico.
Se valorará la necesidad de apoyo y consejo psicológico por parte de los profesionales dado que, en muchas ocasiones, este temor manifiesto a la seroconversión y la multitud de informaciones que se reciben sobre diferentes aspectos de la posibilidad de seroconvertir y enfermar, distorsionan de forma grave la realidad vivida por la persona afectada.

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