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5 enero 2024
Autor: nataliah
Duración aproximada de lectura: 4 min

Las alteraciones hidroelectrolíticas son aquellas alteraciones del contenido de agua o electrolitos en el cuerpo humano, cuando la cantidad de estas sustancias baja o aumenta. Un equilibrio hidroelectrolítico es fundamental para conseguir una correcta homeostasis, que regula la mayoría de las funciones orgánicas. Para su mantenimiento es imprescindible que la excreción de agua y electrólitos se correspondan de manera precisa con su entrada. Es importante atender a estas alteraciones puesto que constituyen una de las principales causas de morbimortalidad, en especial en pacientes ancianos. 

Fundamentos de las Alteraciones Hidroelectrolíticas 

Los electrolitos juegan un papel vital en el mantenimiento de la homeostasis dentro del cuerpo. Ayudan a regular las funciones del miocardio y neurológicas, el balance de líquido, la entrega de oxígeno, el equilibrio ácido-base y mucho más. Los disturbios electrolíticos más serios implican anormalidades en los niveles de sodio, potasio, y/o calcio. Otros desequilibrios del electrolito son menos comunes, y a menudo ocurren conjuntamente.

alteraciones hidroelectroliticas
Foto: Free Pik

La especialidad médica encargada de estudiar y corregir estas alteraciones es la nefrología, dado que el riñón es el órgano principal de mantener la homeostasis o equilibrio de todas estas sustancias.

En este contexto, es esencial que los profesionales de la salud, especialmente aquellos especializados en urgencias y emergencias, posean un conocimiento profundo y habilidades prácticas para manejar estas alteraciones. El Máster en Urgencias y Emergencias para Enfermería de DAE Formación ofrece una oportunidad única,  abordando de manera exhaustiva casos y tratamientos relacionados con urgencias médicas.

Tipos Comunes de Alteraciones 

Se clasifican según sean por defecto o por exceso. Sus causas son diversas, y se agrupan en función de la causa que las produce: aumento del aporte, alteración de la distribución o disminución de la excreción.

Las principales alteraciones hidroelectrolíticas son las siguientes:

  • Por alteración del agua: deshidratación e hipervolemia (edema).
  • Por alteración del sodio: hiponatremia e hipernatremia.
  • Por alteración del potasio: hipopotasemia e hiperpotasemia.
  • Por alteración del cloro: hipocloremia e hipercloremia.
  • Por alteración del calcio: hipocalcemia e hipercalcemia.
  • Por alteración del fósforo: hipofosfatemia e hiperfosfatemia.
  • Por alteración del magnesio: hipomagnesemia e hipermagnesemia.
  • Por alteraciones del equilibrio ácido-base: acidosis y alcalosis.

Síntomas y Signos Clínicos 

Entre los síntomas de alteraciones hidroelectrolíticas se encuentran:

  • Náuseas.
  • Debilidad.
  • Dolores musculares.
  • Deshidratación.
  • Hinchazón.
  • Respiración lenta.
  • Sed excesiva.
  • Sequedad en la boca.
  • Orina de color oscuro.

Estrategias de Diagnóstico y Tratamiento 

El profesional sanitario podrá solicitar que realicen al paciente un análisis de orina o sangre, para valorar los niveles de potasio, sodio y calcio en su cuerpo.

Si el paciente tiene un desequilibrio, su médico quizá le aconseje consumir alimentos ricos en electrolitos o tal vez, tomar un suplemento. 

El objetivo inmediato a la hora de tratar un trastorno por déficit de volumen es sustituir el líquido reducido. En circunstancias no agudas, esto puede conseguirse bebiendo más líquido o administrando líquidos a través de una sonda de alimentación. En situaciones agudas, está indicado el tratamiento con líquidos IV. Con independencia de la vía, se debe prestar una atención cuidadosa para restaurar los niveles normales de elementos sanguíneos y electrólitos, así como el volumen de líquidos.

Los líquidos de sustitución intravenosos son de dos tipos básicos: cristaloides y coloides. Los cristaloides son soluciones IV que contienen electrólitos y otros agentes que se parecen mucho al líquido extracelular corporal. Pueden usarse para sustituir los líquidos reducidos y para aumentar la diuresis. Las soluciones cristaloides son capaces de difundir con rapidez a través de las membranas, abandonando el plasma y penetrando en el líquido intersticial y el LIC.

Prevención y Educación al Paciente 

Para mantener el equilibrio y evitar alteraciones hidroelectrolíticas es importante una correcta hidratación y mineralización diaria por medio de la toma de medidas preventivas. Es decir, debemos tomar la cantidad de agua apropiada junto con los minerales pertinentes ajustados a las necesidades diarias. Para prevenir estos posibles desajustes es importante conocer las causas que pueden provocarlo para poder prevenir y evitarlo.

Las causas más importantes del desequilibrio y de alteraciones hidroelectrolíticas son:

  • Exposición a altas temperaturas.
  • Ejercicios extenuantes en estaciones cálidas.
  • Falta de aportes por ausencia o disminución de la sensación de sed.
  • Grandes quemados.
  • Gastroenteritis y otros procesos inflamatorios/infecciosos que conduzcan a diarreas y/o vómitos.
  • Consumo excesivo de sal.
  • Fármacos.
  • ERC en estadios avanzados (III-IV).

Consejos para la Prevención 

  • Continúa con tu alimentación habitual.
  • No suspendas los alimentos sólidos.
  • Toma abundantes líquidos (agua hervida, caldos caseros).
  • Procura consumir alimentos en pequeñas porciones.
  • Usa azúcar en lugar de edulcorantes dietéticos.
  • No suspendas la leche, ni la diluyas.

Evita:

  • Consumir verduras crudas (los primeros días).
  • Alimentos que no estén bien cocidos.
  • Bebidas gaseosas.
  • Jugos envasados.
  • Alimentos preparados o conservados fuera de casa.

Educación del paciente y la familia 

Cuando hablamos de desequilibrio electrolítico no solo se hace mención a la posible alteración mineral, sino también al agua corporal, siendo más adecuado el empleo del término desequilibrio hidroelectrolítico. 

Este desequilibrio es consecuencia de un mal control de nuestros niveles de hidratación y mineralización, consecuencia en la mayoría de las ocasiones, de una mala concienciación por parte de la población sobre la importancia de la ingesta de agua e iones para el correcto funcionamiento de nuestros órganos y sistemas.

Para reducir el riesgo de deshidratación y alteraciones electrolíticas lo principal es aportar tanto el agua como los minerales necesarios. Los minerales, la mayoría de ellos, los aportamos por medio de la alimentación, siempre y cuando esta sea equilibrada, con el aporte suficiente de frutas, verduras, hortalizas, frutos secos… 

En lo referente al agua, se deben consumir entre 2 y 3 litros. Sobre todo, en los periodos de calor donde perdemos una importante cantidad de agua por medio de la termorregulación (sudor).

Existen ciertas circunstancias en las que es importante un aporte mayor de agua y de minerales, como sucede durante el ejercicio extenuante o prolongado. Especialmente en verano, también en grandes quemados o en patologías gastrointestinales intensas. 

En estos casos, la complementación mineral para el mantenimiento electrolítico es casi obligada, empleándose en los casos graves corrección electrolítica por vía parenteral.

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