30 marzo 2021
Autor: DAE Formación
Duración aproximada de lectura: 4 min

El abordaje fenomenológico de la vivencia de la estancia en UCI proporciona información a veces desconocida o inimaginada por los profesionales, ya que los datos cualitativos oportunamente recabados ayudan a comprender la extraordinaria experiencia que supone sufrir un proceso crítico y el ingreso en una UCI (Morales Asencio, 1998).
Los estudios sobre la vivencia de un proceso respiratorio en UCI están muy vinculados a la experiencia de haber sido sometido a ventilación mecánica. En general, los pacientes hacen especial énfasis en la vivencia de “reajustar” su patrón respiratorio tras la conexión al ventilador, distinguiendo perfectamente entre los modos de ventilación asistidos y los no asistidos, lo cual debe hacer pensar en la importancia de una correcta programación de la sensibilidad de los ventiladores de cara a la comodidad del paciente.
Los pacientes recomiendan a los profesionales que ofrezcan más explicaciones sobre la máquina que les ventila, qué sensaciones les esperan, así como estrategias de afrontamiento de la situación (Jablonski, 1994; Cook et al, 2001).
Las personas que han estado sometidas a ventilación mecánica suelen informar de aspectos clave en la vivencia del proceso, de forma muy concreta y bien definida, como la incomodidad física, los cuidados enfermeros, la alteración del yo o el “trabajo” que les implicaba la ventilación mecánica (Jenny y Logan, 1996). Sawdon et al (1995) recogieron opiniones de ex-pacientes de UCI en las que manifestaban como recuerdos más penosos los tubos endotraqueales y nasogástricos, el dolor y las técnicas que se les realizaban, llegando cinco de ellos a evocar perfectamente, tras seis meses de alta de la UCI, las pesadillas que sufrieron (Ver Imagen 1). Otros estudios han confirmado estos recuerdos mediante entrevistas a pacientes, resaltando también la presencia de tubos en nariz y boca como máximos agentes estresantes (Chochran y Ganong, 1989), junto con el dolor y la deprivación de sueño (Novaes et al, 1999).

Los tubos endotraqueales y nasogástricos utilizados en pacientes críticos suponen uno de los peores recuerdos para estos enfermosImagen 1. Los tubos endotraqueales y nasogástricos utilizados en pacientes críticos suponen uno de los peores recuerdos para estos enfermos

Hay factores que los pacientes identifican como negativos a la hora de enfrentarse al destete: la fatiga, la falta de comprensión de la situación, el dolor, los niveles de conciencia alterados, el déficit de conocimientos y el deterioro de la comunicación verbal (Logan y Jenny, 1997).
Pese a todo, una mayoría de pacientes, entrevistados tras el alta, volverían a escoger la aplicación de ventilación mecánica si se encontrasen en la misma situación, aunque los mayores de 65 años y los pacientes más graves bajan en esta preferencia (Mendelsohn y Chelluri, 2003).
En la actualidad, se está produciendo un giro importante en la relación de agencia que siempre ha caracterizado la atención sanitaria derivada de la diferencia de información entre profesionales y pacientes. Desde hace algunos años se viene introduciendo una poderosa corriente en el campo de la asimetría de información, como son los instrumentos para la ayuda a la toma de decisiones en materia de salud (O´Connor et al, 1999). Estas herramientas intentan describir los riesgos y beneficios de cada intervención mediante el uso de probabilidades, adaptadas al perfil clínico del paciente, y tienen en cuenta los valores de la persona en su decisión. Ejemplos de la fuerza que está adquiriendo esta nueva concepción de la gestión de la información en el mercado sanitario son iniciativas como la llevada a cabo por el Darthmouth-Hitchcock Medical Center, a través del Center for Shared Decision Making, brindando a los usuarios información sobre investigaciones en revistas médicas, instrumentos para la ayuda a la toma de decisiones, glosarios de términos, etc.; el Institute for Clinical Evaluative Sciences (ICES) canadiense, el Informed Health Online de la colaboración Cochrane o el proyecto DISCERN del Reino Unido, llevado a cabo por la British Library y el National Health Service (NHS), que han desarrollado una serie de criterios de ayuda para decidir sobre la calidad de la información que reciben los pacientes sobre las opciones de tratamiento (Charnock et al, 1999). Un ejemplo claro de esta nueva orientación la constituye el instrumento para la ayuda a decidir sobre la intubación en caso de requerir ventilación mecánica, destinada a pacientes con EPOC, creada por el Instituto de Investigación en Servicios de Salud de Ottawa, en la que se ayuda al paciente a interpretar los datos relevantes de cara a tomar su decisión en caso de presentarse la ocasión, presentando los pros y contras de cada opción y su impacto en la calidad de vida.

Familiares del paciente crítico

Respecto a los familiares de pacientes encamados en UCI, algunos estudios han hallado un factor importante de sobrecarga como es la necesidad de atender obligaciones domésticas y el cambio de responsabilidades, además de la presencia física en la UCI (Foster y Chaboyer, 2003; Hupcey y Penrod, 2000). Otro resultado relevante de estas investigaciones es la mayor tendencia a la sobrecarga en el caso de los hombres, aunque las estrategias de afrontamiento entre familiares son muy diversas en función de experiencias previas, factores sociales y la interpretación de la situación (Johansson et al,
2002). En un estudio multicéntrico realizado en Francia, Pochard et al (2001) encontraron una prevalencia de síntomas depresivos o de ansiedad del 72,7% entre los miembros de la familia, subiendo al 84% en el caso de las esposas y destacando como uno de los factores relacionados la ausencia de contactos continuados y periódicos con el médico y la enfermera de la UCI.

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