Estrategias para el manejo del dolor en enfermería
Cuando hablamos de dolor siempre tenemos una imagen negativa ya que es una percepción sensorial que puede ser más o menos intensa, molesta o desagradable y que se siente en una parte del cuerpo. Se trata de una señal de alerta, avisa de lesión, pero ¿cómo es el manejo del dolor en enfermería? Y ¿cuáles son los cuidados de enfermería en el manejo del dolor?
Tipos y causas del dolor
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Existen diferentes tipos de dolor y cada persona los experimenta de manera distinta. El dolor es causado por los nervios, que son los encargados de transmitirle el mensaje a través de la médula espinal. Entonces el cerebro interpreta ese dolor y le dice al cuerpo cómo responder para alejarse de la fuente del dolor o detenerlo. Los principales tipos de dolor son:
- Dolor agudo.
- Dolor crónico.
- Dolor inflamatorio.
- Dolor neuropático.
- Dolor nociceptivo.
Dolor agudo: es aquel que persiste mientras dura el proceso de curación o cicatrización de los tejidos. En este sentido, un dolor cuya duración excede de 3 o 6 meses puede considerarse como crónico.
Dolor crónico: es el que persiste más de 3 a 6 meses desde el comienzo. Se caracteriza por:
- Persistir en el tiempo.
- Ser secundario a cambios fisiopatológicos que se producen en el sistema nociceptivo.
- A diferencia del dolor agudo que constituye un síntoma de una enfermedad, el dolor crónico constituye una enfermedad en sí mismo.
Dolor inflamatorio: el dolor inflamatorio suele ser en un área y a menudo se presenta como un dolor sordo que puede ir acompañado de enrojecimiento, hinchazón y calor en la zona. Se debe a la respuesta protectora del cuerpo ante algún tipo de lesión.
Dolor neuropático: es un tipo de dolor extraño ya que se debe básicamente a que algo va mal en el sistema nervioso. Puede estar causado por un daño o mal funcionamiento de los nervios. La persona que lo padece puede experimentar un dolor ardiente, hormigueante, punzante o lacerante sin una fuente evidente.
Dolor nociceptivo: el dolor nociceptivo se debe a daños en el cuerpo y tiene una función protectora. Los ejemplos más comunes son:
- Dolor somático (articulaciones).
- Artrosis.
- Dolor lumbar.
- Lesiones deportivas.
- Dolor tras una cirugía.
Cuando clasificamos el dolor en función de su intensidad, debemos ser conscientes de que nos basamos en la información aportada por el paciente y que ésta siempre es subjetiva. Están divididos en dolor leve, moderado o intenso.
Evaluación y escala del dolor
Las escalas de valoración del dolor son herramientas que utilizan los profesionales de Enfermería para medir y evaluar la intensidad del dolor en los pacientes. Las escalas son fundamentales para proporcionar un tratamiento adecuado y personalizado a cada paciente, ya que el dolor es una experiencia subjetiva y varía según la persona.
Hay diferentes escalas de valoración del dolor dependiendo del uso, de si los pacientes pueden o no comunicarse. Algunas de ellas son:
- Escala verbal simple (EVS).
- Escala visual análoga (EVA).
- Escala numérico-verbal (ENV).
- Escala de expresiones faciales (EEF).
- Escala FLACC.
Tratamientos farmacológicos y analgésicos
Los fármacos que se usan para tratar el dolor son los analgésicos, e incluyen un amplio grupo de fármacos. Son medicamentos que aumentan o modifican la acción de otro medicamento.
A la hora de abordar el tratamiento del dolor hay que distinguir entre el dolor agudo y el crónico. El primero suele estar causado por lesiones que producen inflamación y generalmente responde bien al tratamiento con opiáceos y AINES de efecto rápido. Por el contrario, el dolor crónico, que es aquel que dura más de 6 meses, muchas veces no tiene una base fisiopatológica clara con lo que el tratamiento es complejo. Por último, el dolor de tipo neuropático es un dolor persistente debido a alteraciones funcionales y estructurares del SNC como consecuencia de una lesión nerviosa, que suele responder bien a los fármacos que bloquean los canales de sodio como la carbamazepina o la oxcarbamacepina.
El tratamiento del dolor agudo debe actuar sobre la causa y, además, en la mayoría de los casos serán necesarios fármacos para aliviar el dolor. Los más representativos son los antinflamatorios no esteroideos (AINES) y los opiáceos.
Sin embargo, algunos fármacos vistos anteriormente como los antidepresivos, los antiepilépticos, los antagonistas de los receptores NMDA y otros que veremos en otro post como los antiarrítmicos, han demostrado eficacia para tratar algunos tipos de dolor y cada vez se utilizan con más frecuencia en las unidades de dolor.
Intervenciones no farmacológicas
Un tratamiento no farmacológico es aquel acercamiento terapéutico por parte de profesionales que no hace uso de medicamentos o químicos para su realización. Algunas de ellas son:
- Aplicar calor.
- Aplicar el hielo para disminuir inflamación y dolor.
- La fisioterapia.
- Masajes terapéuticos.
- Técnicas de relajación.
- La música.
- La autohipnosis.
- Acupuntura.
- Técnicas de relajación como la aromaterapia, control de respiración o la meditación.
Cuidados específicos según tipo de dolor
Cuando un paciente tiene dolor, los profesionales enfermeros deberán tratar de eliminarlo con unos cuidados. Para ello, entre los cuidados de enfermería en el dolor estarán: valorar el dolor del paciente; verificar con el enfermo la localización, duración e intensidad del dolor; no juzgar el dolor que el paciente tiene, administrar el analgésico prescrito por el médico; adoptar medidas necesarias para calmar el dolor si se precisa; establecer la comunicación adecuada con el paciente, así como monitorizar y evaluar la evolución del paciente.